Lo imposible, solo tarda un poco más

domingo, 22 de abril de 2012

¿Te acuerdas?

Cuando yo reía por todo y tú te reías de mí. Más o menos justo cuando yo era feliz y a ti se te pegaba mi sonrisa. Cuando yo bailaba y tu me mirabas pensando que estaba loca y que los complejos no habían sido creados para mí. Creo que era cuando me dabas la mano sin darte cuenta, yo no entendía nada y tu como respuesta mirabas hacia otro lado como con quién no va la cosa. Si no me falla la memoria también coincide con esa época en la que íbamos al cine a no ver películas de miedo, yo lo pasaba fatal y tú te reías como en la mejor de las comedias, extraño estilo el nuestro. También recuerdo justo ese momento en el que creí que con la mirada me ibas a atravesar, fue sentados sobre el horizonte, justo en ese punto en el que no se sabe dónde empieza el mar y dónde acaba el cielo, dónde empiezan tus manos y acaba mi cuerpo, dónde acaba tu recuerdo y empieza mi realidad, en el punto muerto de nuestra existencia o, como a ti te gustaba llamarlo, el lugar en el que empieza nuestra vida juntos. Ya ha pasado el tiempo y simplemente te pregunto si lo recuerdas y, la verdad, no quiero saber la respuesta. Me conformo con que creas que yo he olvidado todos y cada uno de esos momentos, esto que escribo no es más que una mala pasada de mi imaginación, tú ni caso.

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