Aunque no quieras confesarlo, me quieres. Nadie mira a alguien que no quiere como tu me miras, nadie abraza a alguien como tu lo haces cuando estás conmigo. No se ama como tu juras no amar. Nadie pierde el control rodeándome con los brazos y besándome con la pasión que me transmitistes cuando no se quiere a alguien. Nadie aprieta en la pared con esa fuerza con la que tu lo haces. Alguien que no quiere, no mira a los labios a la persona cuando le habla, sino a los ojos, y tú me miras a los labios porque los buscas. Alguien que no quiere no acaricia suavemente el cuerpo opuesto hasta hacerle sentir en las nubes, y tú, sí lo haces. Puede que no me quieras, pero por lo menos me necesitas y sé que conmigo estás como tu quieres estar. Y después de todo esto me dices que no me quieres, puede que sea verdad, que no me quieras, dicen que los chicos van de flor en flor y las chicas de capullo en capullo.